Lucía Velilla, nutricionista de Clínicas Dorsia, revela todo sobre el ayuno intermitente. El ayuno intermitente consiste en la abstinencia de toda comida y bebida, con aporte calórico, en un espacio de tiempo concreto. Existen varios protocolos, pero el más común es 16 horas de ayuno y 8 horas de ingesta.
No es una dieta, sino un estilo de vida. Los beneficios para los que quieran realizar este estilo de vida son: mejora de tu sistema inmune, reducción de la inflamación, pérdida de peso con mantenimiento de la masa muscular, la mejora en cuanto a la resistencia a la insulina, la mejora de la flora intestinal y la mejora de la autofagia.
Es un estilo de vida que no se recomienda a todo el mundo. No es aconsejable para menores de 18, mujeres embarazadas o que estén dando el pecho, o personas con bajo peso o desnutrición, este tipo de personas necesitan aumentar su requerimiento calórico diario.
Por otro lado, aquellas personas con gota, diabetes tipo 1 o 2, polimedicados, con enfermedades de reflujo gastroesofágico o con trastornos de la conducta alimenticia deben tener cuidado al realizarlo ya que pueden cambiar su conducta. Si quieren realizar un ayuno intermitente deben acudir a un profesional para que les supervise y ayude durante este proceso.
Los que busquen perder peso con el ayuno intermitente, al igual que con cualquier dieta, deberán tener un déficit en la ingesta de calorías diarias. Es decir, si en el periodo de ingestas tomas cosas de alta densidad calórica no vas a perder peso. La manera efectiva de cumplirlo es comer de forma saludable en los momentos de ingesta.
Es recomendable que elijas alimentos como: granos enteros no procesados, grasa de buena calidad (AOVE, aguacate, frutos secos…), frutas, verduras, carnes magras, proteínas vegetales (legumbres, pseudocereales…) y, por supuesto, evitar el azúcar.
En resumidas cuentas, eliminar todos los alimentos ultra procesados y procesados no saludables y optar siempre por alimentos naturales y ecológicos.
