¿Cuáles son las grasas buenas?

grasas buenas

¿Por qué tememos a las grasas?

La grasa no hace que acumulemos grasa, por lo menos las grasas buenas. Es más, es un nutriente fundamental en la alimentación para nuestro organismo, al igual que las proteínas y los carbohidratos. Lo que sí que es cierto es que aportan el doble de calorías que los otros dos nutrientes, 9 kcal por cada gramo. Por esto, no consumiremos los mismos gramos de grasas que de proteínas y carbohidratos pero, si queremos adquirir hábitos saludables, no los quitaremos de la dieta. En este post vamos a romper una serie de mitos:

¿Son todas las grasas buenas?

No es tan sencillo como diferenciarlas entre las grasas buenas y malas, entre el bien y el mal. ¡Ojalá! Pero sí que tenemos que saber qué tipos existen y ajustar las cantidades en nuestra alimentación diaria. Por lo tanto, ¿qué grasas hay? Las grasas pueden ser saturadas e insaturadas:

Grasas saturadas. Son sólidas a temperatura ambiente y las encontramos en alimentos de origen animal, como las carnes, los embutidos, etc. El consumo excesivo de estas grasas provoca niveles altos de colesterol en sangre y un aumento del colesterol malo, conocido como LDL. Esto favorecería la obesidad y es uno de los principales factores de riesgo para enfermedades de corazón. Sin embargo, una cortada de pechuga de pollo tiene grasas saturadas, pero apenas contiene 0,5 gramos. Incluir, por lo tanto, algún alimento con grasas saturadas (con una cantidad pequeña) no es perjudicial para la salud.

Grasas insaturadas. Estas, a diferencia de las grasas saturadas, son líquidas a temperatura ambiente, y las encontramos en los alimentos de origen vegetal: aceites, frutos secos, semillas.

grasas saturadas

Tipos de grasas insaturadas:

Grasas poliinsaturadas. Son esenciales en la dieta diaria porque no pueden ser sintetizadas por el organismo. Encontramos el Omega 3 (nueces, pescados azules) y el Omega 6 (semillas de girasol, maíz, soja).

  • Grasas monoinsaturadas. Nueces, aguacates, aceites vegetales… Pueden ayudar a reducir el nivel del colesterol malo (el que hemos nombrado antes con las grasas saturadas).
  • Grasas trans. ¡Las más perjudiciales! Se forman mediante un proceso químico denominado hidrogenación: se inyecta hidrógeno en algunos aceites vegetales para que se vuelvan sólidos a temperatura ambiente. Es decir, las grasas insaturadas pasan a ser saturadas por la hidrogenación. Bollería industrial, galletas, margarina, etc. Empleadas en su mayoría por la industria alimentaria debido a su perdurabilidad, su potenciador de sabor y su textura. Sí, estará todo muy bueno, pero ¿y lo perjudiciales que pueden llegar a ser?

Por lo tanto, si queremos adquirir hábitos saludables, no vamos a quitar las grasas de nuestra dieta pero sí sería ideal seguir estos consejos:

  • Fijarnos en la calidad y el tipo de grasa que consumimos.
  • Reducir el aporte de las grasas saturadas y de las trans.
  • El consumo de grasa es necesario y fundamental para el organismo humano, pero en niveles adecuados para prevenir la aparición de la obesidad y de enfermedades cardiovasculares.

Saber distinguir entre las grasas buenas y malas es fundamental para adquirir una vida saludable. Cuando vayamos al supermercado dispuestos a empezar o mantener un estilo de vida saludable, sería aconsejable mirar las etiquetas para comprobar si los alimentos contienen grasas trans o saturadas, y limitar su consumo. En caso de que nos hayamos realizado una cirugía de reducción de estómago (Método POSE, balón gástrico, etc.), esta intervención debe ir siempre acompañada de una reeducación alimentaria, en la que expertos conducen al paciente hacia unos hábitos de vida saludables, enseñándoles a distinguir entre alimentos con grasas buenas y malas.

 

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